A los quince años, Pedro se somete a un proceso doloroso de tratamientos de rehabilitación. De adulto, devastado por una terrible pérdida, sucumbe por completo a su adicción a las drogas. Sus amigos temen que pueda sufrir una sobredosis. En 1970, el joven Víctor se arriesga y hace otra entrega para el narcotraficante Ribeiro.