El niño sigue encerrado y llora, incapaz de salir de allí. La herida de su tobillo empeora y el perro yace muerto a su lado. La cámara de la casa de la Inspectora Blanco sigue fotografiando la plaza mayor. La BAC interroga a Cintia, la que denuncio la desaparición de su amiga, pero éste les deriva a su prometido con quien consumía drogas. Chesca y Orduño, agentes de la BAC, descubren que alguien pago a los mendigos que frecuentaban la zona para desaparecer, pero no consiguen averiguar nada más, a pesar de la presión que ejerce Chesca sobre El Tuerto, el mandamás entre los indigentes. Moisés, el padre quiere enterrar a su hija y saber quién era su novio, pero la investigación lo retrasa. Su mujer, Sonia, echa en falta entre las cosas de su hija una cadenita con una cruz que siempre llevaba puesta. Zarate informa al comisario de la vista que le han hecho a Salvador y este le recuerda porque está en el caso.